Scottish

Aspecto: Scottish se presenta con un color cobre profundo y brillante, con destellos ámbar que se destacan a contraluz. Su claridad es notable, revelando una cerveza limpia y transparente. Forma una capa de espuma de color marfil, que se asienta con elegancia sobre la cerveza.

Aroma: Al acercar la nariz al vaso, se desprende un aroma rico y reconfortante de malta tostada y notas terrosas. Los aromas de caramelo, toffee y pan recién horneado son prominentes, junto con sutiles matices de frutos secos y un ligero toque de lúpulo terroso. El aroma es cálido y acogedor, evocando la sensación de estar en una cabaña junto al fuego en las tierras altas escocesas.

Sabor: El primer sorbo de Scottish envuelve el paladar en una oleada de sabores maltosos y satisfactorios. La malta tostada es el protagonista, con notas de caramelo, toffee y nueces que dominan el sabor. La dulzura es equilibrada por un amargor suave y terroso, proporcionando profundidad y complejidad al perfil de sabor. Un ligero toque de frutas oscuras y especias añade una dimensión adicional a la cerveza, creando una experiencia de sabor indulgente y reconfortante. El final es limpio y ligeramente seco, con un regusto persistente de malta tostada que invita al siguiente sorbo.

Sensación en boca: Scottish tiene un cuerpo medio con una carbonatación suave que realza la sensación en boca. Su textura es suave y ligeramente cremosa, con una sensación reconfortante que envuelve el paladar y deja una impresión duradera.

Impresión general: Scottish es una cerveza que captura la esencia de las tradiciones cervecera de Escocia. Su riqueza de sabores maltosos y su carácter reconfortante la convierten en una elección ideal para aquellos que buscan una cerveza indulgente y satisfactoria. Ya sea disfrutada sola como compañera de un plato de estofado escocés o acompañada de quesos ahumados, Scottish es una cerveza que evoca el espíritu y la historia de las tierras altas de Escocia.